Las abejas.

A pesar de miles de años de explotación concertada por parte de los seres humanos, todavía existe una creencia generalizada y profundamente arraigada, pero completamente errónea, de que son los abejorros peludos con rayas negras y amarillas los que producen miel en la colmena.

Una sociedad humana cada vez más urbana está perdiendo el contacto con el alimento básico rural de prados floridos e insectos zumbantes, y está siendo bombardeada regularmente con imágenes engañosas en publicidad, películas y televisión.

Las abejas son en realidad insectos de tamaño mediano, de color marrón medio, genuinamente anodinos, pero la naturaleza oscurece aún más el problema al haber desarrollado toda una serie de insectos parecidos. Algunas, como las avispas, también están armadas; otras, como las moscas flotantes, se benefician de imitar a criaturas peligrosas que pican, cuando en realidad están desarmadas y son completamente inofensivas. Se conocen más de 100.000 especies diferentes de himenópteros, con la posibilidad de que haya muchos miles más en los trópicos profundos. Este gran grupo de insectos es extremadamente diverso.

Hay una diferencia muy sencilla. Aunque las avispas visitan las flores en busca de néctar y las frutas caídas en busca de jugos dulces, son principalmente carnívoros, matan y comen pequeños insectos. Más importante aún, es únicamente esta presa con la que alimentan a sus larvas.

Las abejas son puramente herbívoras y se alimentan únicamente de polen, néctar, savia y otras secreciones vegetales; por lo tanto, sus larvas son completamente vegetarianas. Desafortunadamente, puede ser difícil identificar correctamente este comportamiento en individuos ocupados en viajes de búsqueda de alimento. 

Hay al menos 25.000 especies conocidas de abejas. Varían en tamaño desde las diminutas abejas tropicales sin aguijón. Las abejas son de colores brillantes para advertir a los posibles depredadores (y ladrones de miel) que tienen un aguijón para defenderse. 

EVOLUCIÓN DE LAS ABEJAS SOCIALES 

La colonia de abejas es potencialmente inmortal. A medida que mueren abejas individuales, son reemplazadas rápidamente por obreras semana a semana y mes a mes, y reinas cada pocos años, pero la colonia puede continuar indefinidamente.

Esto sucede en las abejas melíferas y sus diminutos parientes cercanos en los trópicos, las abejas sin aguijón, pero podemos rastrear un camino evolutivo hasta este punto a partir de estrategias de anidación más simples.

Todas las abejas y avispas hacen nidos. En la mayoría de los casos, estos son simples túneles en el suelo o madrigueras en madera muerta o dentro de tallos huecos de plantas.

El túnel está dividido en celdas, cada una con un huevo depositado en su interior y cada una con una reserva de alimento para las larvas: restos de secta para las avispas y una mezcla de polen y néctar para las abejas.

Cada nido está construido únicamente por una hembra solitaria que trabaja sola; otras hembras pueden construir otros nidos cerca, pero esto es simplemente porque han elegido el mismo sitio adecuado para anidar, no porque estén trabajando juntas. Tales congregaciones a menudo se comparan con pueblos de abejas (o avispas).

En la gran mayoría de las especies de abejas y avispas, la madre muere y nunca llega a conocer a su descendencia. Las larvas se alimentan de la comida que les está reservada, se transforman de gusanos a pupas y luego a adultos, y emergen al mundo para comenzar el proceso nuevamente.

Unas pocas abejas simples que anidan en túneles han tomado una pequeño paso en el camino de la sociabilidad. En estas especies, a la hembra fundadora se le unen más tarde sus hijas, quienes excavan algunas celdas adicionales en el mismo nido para que ella ponga huevos.

Este es el comienzo de una casta obrera, que busca comida y construye el nido para ayudar. su madre." En el siguiente nivel de insectos verdaderamente sociales, los abejorros y las avispas de chaqueta amarilla, las hijas se vuelven muy numerosas: unos pocos cientos y muchos miles, respectivamente. (Los machos, como en todos Las abejas son insectos sociales; trabajan juntos en un orden social altamente estructurado

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